
El proyecto empezó a gestarse un mes antes. Un local
cerrado, con vigilancia 24h. No debíamos de ser mucha gente por el acceso
controlado a la localización. Pero poco a poco la cuadrilla se fue ampliando. A
los 4 de inicio (Ivan, Paco, Alberto y yo) se nos unieron los cuñados, Javi y
Jacobo, con los que ya habíamos hecho alguna salida antes. ¡Nos hace falta alguna
mujer! Y ahí estaban Laura y Gema encantadas de unirse a la aventura. Oye, “¿y se
lo puedo decir a Sergio?”… “Madre mía, vamos...